El patio de los naranjos

Esse Imaginaria


Era la primavera
y era el sur.
 Eran las cuatro de la tarde
 y el aire ardía en aromas...

 El patio de la Mezquita

 cantaba calladito los ecos de los pájaros, 
y cantaba los colores del agua
 que nunca cambia el otoño infinito
 de su caída...



Stefan Gesell




Los azahares habían tomado todo el espacio
 en una invasión de blancos pétalos, 
que colgados de los naranjos
 impacientes empujaban aún cerrados, 
lidiando por abrirse allá donde lucen hoy
 los que aún son tersos...

Pétalos de grueso blanco perfecto,
 rezumaban el elixir de la vida
 que me posee impúdico 
a cada latir de mi pecho

Y huele a azahar,
y el patio canta,
 y las piedras callan
todos sus silencios.

Huele a azahar
como hace tiempo,
y reina el azahar
aquí en mi pecho

Y el agua canta
de la paloma el vuelo,
y en la Fuente del olivo
serena lo sella y descansa.

Reina el azahar,
el sultán cede su puesto
a la flor de amar,
a la flor que guarda
hondo, muy hondo
 todos sus secretos.

Y los muros gritan callados,
 muy callados sus silencios,
y de las piedras las heridas
aspiran primaveras,
y acunan y acunan la cuna
del sueño ligero de
sus misterios...

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