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El agua limpia




Se mece, se mece  y me mece
 la luna en lo alto del cielo, y su reflejo
 susurra una nana interminable
 en el agua limpia...

Oleaje que se insinúa 
y en la misma cresta se marchita, 
indecisa existencia de ritmo acompasado,
 de latir falto de rima.

Día y noche, noche y día,
 lágrima de amor, rastro mismo de la alegría,
 salada perla de tristeza que a la luz de la luna
se asoma y brilla...

La vida me lo da, y me lo da...
 y la vida misma me lo quita; 
 beso al aire, abrazo al viento
y un te quiero y un lo siento 
hueco y sin despedida.



Agnieszka Lorek

En la boca azahares me llueven, 
frescos y fríos del rocío mismo que da la vida; azahares efímeros que luego sueño,
 en el hueco de su recuerdo
 que huele a Córdoba y a pan recién hecho
 a la entrada de la muralla por la puerta misma
 de la luna mía...

Sucesos y seres, aconteceres que son regalos,
 manos cuajadas de te quieros
 que se clavan hondo muy hondo,
 como mentiras...

Y el temporal soberbio de la vida,
 va y viene y se marchita; va y viene y me regala perlas blancas, rojas y amarillas
 que pronto la arena cubre 
de pesada arena ambarina.

Se mece, se mece
  y me mece la luna
 en lo alto del cielo,
 y su reflejo susurra
 una nana interminable
 sobre el agua limpia...

Todo va bien

Por la baranda del cielo

Todo va bien, los pájaros vuelan en lo alto, los muertos mueren a su hora, los besos caen como gotas de rocío maduro y bien templado...
Nada rompe el devenir de los sucesos tranquilos, no hay ruido que irrumpa ni temblor, ni suspiro que no sea el que el dulzor del sereno relente deja al caer su recuerdo en la tarde.


Agnieszka Lorek


La gente va y viene, 
va y viene la gente y las nubes, 
se mece el aire...

La paz nunca se cansa de abrazar mis brazos, mientras mis brazos inquietos buscan y buscan la caricia del abismo tras del tapiz del arte...

Tanta paz por paladear, 
tan fácil, tan blanca, 
tan si no la quieres ver, 
distante...

Cerca, como los labios del beso,
como la flor de la belleza y la luz de tu mirada.
Tangente, como la sombra de la luz tamizada
 y la expresión de amor de la secante callada. 

Todo va bien, 
los pájaros vuelan en lo alto,
los muertos mueren a su hora
y los besos caen como gotas
de rocío maduro, justo a tu lado.





Afluentes

El prado de Proserpina



Cada vez que se ahoga un segundo
 en el mismo aroma de su ausencia,
 nace, como nace cada mañana el mundo,
venga o no venga pegadito a tu presencia...

Agniezska Lorek


Y cada vez que te vas... ya has vuelto, 
porque nunca de mi mente tu mente se despega,
enredados como estamos tal que dos ríos
 convergiendo en uno sólo sus esencias...

Cada día que pasa es un día más que nuestra piel endurece, reverdeciendo en inocente galope nuestras almas, saltarinas presas... 

Y el tiempo se contempla a sí mismo en este nuestro hueco, aunque el mundo pase raudo y nos rebasen tangentes los salvajes desastres y dulcemente nos alumbren  las albas tiernas. 

Y ahí está, conmovido el pétreo latir de los segundos, que en lo más tierno se detuvo como lienzo vivo, y quieto queda por siempre hasta que el reloj del viento me lleve o de muerte blanda a ti te hiera...

Entonces, y sólo entonces el precipitar suicida de la lluvia se asemejaría a la arena de un reloj pendenciero, que sin motivo se traga al justo y al injusto, al dichoso y al miserable, junto con el señor del cortijo y su labriego mientras le sirviera.
Sólo entonces tú y yo destilaremos nuestras fraguadas aguas, para unirlas a los torrentes del cielo, del olvido y de la apaciguada indiferencia.

Me pregunto...

Esse Imaginaria






Me pregunto tantas cosas...

Qué busca el ocaso tras el velo del día, 
qué busca...?

Y qué busca una y otra vez tras el poema del día,
 tras los versos de los besos,
 tras los de las sonrisas?

Me pregunto porque no sé, 
qué busca el niño en el infinito azul del cielo,
 qué la luna, qué los ojos amantes 
en los amantes versos están buscando?

Una recompensa por sus pensamientos,
un reino daría sin tenerlo...



Agniezska Lorek



Lo dibujaría sobre un papel en blanco,
 en ese y en este mismo que insistente
 pregunta qué busco al rasgarlo.

Entregaría ese reino
 por saber qué impulsa al agua negra del lago
 a mutarse en un vergel de estrellas juguetonas
 y luna de amor robado.

Reinaré sobre mi reino
 de castillos de ladrillos coloreados,
 de unicornios imberbes e inocentes,
 de amapolas que no saben
 que al mismo sol su rubor robaron...

Y lo entregaría luego sin dudar,
 por saber qué mueve y mueve al cíclico día
 a incendiar noche tras noche el cielo claro, 
enterrando mis sueños ingrávidos
 en frío y negro barro.


Me apetece

El prado de Proserpina


Hoy me apetece vivir
y no me apetece morir...

No quiero seguir muriendo hoy
 ese poquito que se queda de la vida cada día,
en los resquicios de tus pasillos 
o en la comisura de mis labios.

Hoy quiero nacer, 
quiero ser y ser quiero un poco más, 
volar quiero y crecer; 
hoy, vida, quiero creer y gestar, 
hacer planes, reír, 
y quiero llorar...


Agniezka Lorek


Amanece y las sábanas queman, amanece y el alba llama, el horizonte se incendia, amanece, amanece y la sangre brama.

Cien besos que rebosan mis labios, 
mil te quiero derramados; nunca desperdiciados, rocío, simiente, ilusiones, 
y ojos magos...

La vida se desparrama por el paisaje, 
con pares y pares de brazos que abrazan, 
el sol refleja el recuerdo 
de las estrellas sobre la fuente clara, 
sobre la charca inmensa de tus ojos claros...

Escribiendo...

Esse Imaginaria



Necesito un lugar oscuro para entender la luz; un papel en blanco para comprender las palabras, tu mirada para deleitarme en tu ausencia y tu ausencia sin sombra necesito para conocer tu ser tal como se conoce la vida sobre el revoloteo de unos pájaros en la mañana, tal como se aprecia la muerte cuando es cálida y necesaria...


A. M. Lorek

Y ese papel cuando está vacío se me ofrece como un vergel fresco y verde, repleto de flores blancas y animalillos que corretean sin orden aparente, inmersos en la absoluta armonía del caos que me reclama. 

Un sueño... Cuando despierte de este sueño quizá haya algo, quizá no haya nada... ¿Cuando despierte es posible que exista algo de lo que he soñado??
Paso la vida durmiendo y escribiendo sobre las nubes... Al fin mi existir es realmente un sueño, coronado de una alta luna, coronado de estrellas, tangente de los cantares limpios de la fuente clara que para mi sola entona cercanas, inquietantes y hermosas serenatas nocturnas que alumbran el camino de mis zigzagueantes  ilusiones casi, casi abandonadas.
A veces, subida en alguna de estas oníricas ilusiones creo estar viva, ¡y sé que lo estoy...!!! pero pronto tomo conciencia de mi inconsciencia y de la inconsistencia de tales espejismos; entonces es cuando la luna me mira como de soslayo, entre burlona y confidente, y se ríe con su sonrisa inclinada sobre el azul oscuro casi negro del anverso de mis párpados nublados e inquietos.

Al fin la vida para mi es un sueño encadenado a otros sueños más pequeños, una sucesión de intentos y de esperanzas, de fuerzas sobrehumanas empleadas en encender las ascuas agonizantes de mis deseos. Al fin pasaré la vida en cualquier lecho de flores secas, soñando un mundo casi real, dibujando en mis lienzos rostros casi vivos que gesticulan intrincadas emociones, como un gepetto.


Esperanza

Esse Imaginaria





Hoy lloras, amiga...

 El manto de la ausencia te arropa impenitente 
y la falta te sobra constantemente,
 escanciando las horas y el aire de tu boca, 
y los recuerdos de risas y lágrimas se encienden,
 apagando muy poco a poco los rescoldos
 de tu corazón penitente.

 Hoy lloras la falta,
 hoy el recuerdo es tu exceso
 y apenas pruebas el presente.


AM Lorek


Ausencias presentes, brazos que no abrazan, manos laxas y frías, que no ausentes...

No temas, niña, porque el dolor es un trago amargo que la garganta al fin trasciende, y se apaga sin quererlo y sin no quererlo; el dolor se apaga imperceptible como la vela y la risa, como el sol cada tarde, como la vida que se retira mansa cuando se acerca la muerte.

El camino de la vida es como una vereda que se hace en presencia de la muerte, lleno de amaneceres y de ocasos, galardonado de lágrimas y de abrazos, de flores que nacen y que perecen.

Camina pues tu camino, mi niña y no te espantes de la muerte, que dulce compañera se torna cuando la estimas y la comprendes, cuando al fin miras a las rimas de sus ojos que aunque asonantes, no mienten.

El daño está hecho 
y la ausencia duele. 
El camino sigue,
 el recuerdo se aviva, 
y el dolor se diluye en el paisaje 
color dorado y verde;

 Y el dolor se pierde,
en el poderoso paisaje de la vida
  que no teme a la muerte,
y que sigue su camino
amamantando un futuro
color dorado y verde.

Con todo mi cariño, para mi apreciada N. C. B. en estos duros momentos.


La palabra

Esse Imaginaria



Paseaba la oscura realidad 
los prosaicos pasillos de mi alma,
 lamiendo sus paredes.

 Paseaba la obtusa verdad 
los ciclos finitos de la vida,
 que burlona se asoma 
 al precipicio de la partida 
y la muerte. 

Y paseando fortuitamente y de repente,
 un reflejo casi transparente 
distrajo mi rutina apática y perezosa
 del gris oscuro proceder de mis pensamientos lentos,
 disponiendo lo qué sería si...


Agnieszka lorek

No siendo lo que soy, yo hubiera nacido palabra...
Quizá mejor me hubiera ido si en vez de alma y carne hubiera sido tinta malva, 
una tinta cualquiera tatuada sobre el dócil blanco, 
cualquier sucesión de signos hubiera sido buen destino, 
deseable... 

Paloma, nube, flor, hierba,  
risa, llanto, agua, nada...
 Melodía, beso, riña, incluso queja vana.
 Amor, cansancio, ilusión 
o un sueño cualquiera, pero insobornable...

Hubiera querido ser palabra si la palabra quisiera, 
aunque no me gustaría ser guerra.

No me importaría ser muerte, 
porque a su hora la muerte es tantas veces deseable, 
como el llanto y las lágrimas lo son,
 siempre tan injustamente temidas e indispensables...

Si el destino me dejase,
 quisiera transformarme en palabras
 tal que viento o tarde de verano; 
igual mañana clara o noche cerrada, 
pero nunca nunca querría ser palabra
 cuando la palabra mata.

Quisiera ser como ese azahar
 que nace temprano bajo el cielo azul 
de la primavera, aunque a la tarde
 bien temprano se desvanezca.

Quisiera ser querer, 
quisiera ser sierra, 
quisiera ser quisiera. 

Yo quisiera ser pasado 
pero nunca sería futuro
cuando es futuro olvidado.

Yo quiero ser el aire libre del olivar,  y el viento bajo las alas de un gorrión color gris amable, y quiero ser luna escondida tras la torre vieja.  El vuelo de la capa oscura quiero, o el fugaz recuerdo del anciano que en la comisura del entendimiento se rompe como el cristal. Yo prefiero ser libertad y agua de la fuente, y quiero ser palabra cuando tiene escondida mi pequeñita ilusión y despreocupada vuela. 

Lágrima seca

Esse Imaginaria




Ya no quiero ser nada,
 el futuro se ha acabado, 
consumidos todos los sueños
 en la comisura unos labios;
 en la fría sonrisa de la luna, tan inmensa... 
o en el monocorde tono de su serenata bella.

Agniezsca Lorek


Acaso quiero ser sombra,
 acaso suspiro cansado,
 podría incluso ser pétalo caído 
de alguna flor serena...

 Si algún dios me mirase, 
podría ser ese recuerdo borrado
 sobre una lápida partida y negra, 
en medio del inmenso camposanto 
del olvido y la indiferencia...

Si pudiera elegir, elegiría
 ser viento poderoso 
sobre las caras de los ciegos
 cuando pasean. 

Quisiera ser la sombra lenta
 de un relámpago, 
el recuerdo de un beso 
sobre los labios castos, 
aquel llanto consolado
 o esta lágrima seca.