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La muerte

El prado de Proserpina


Recuerdo
 cuando estabas, 
y cuando eras...

Entonces el mundo estaba completo. 

Tú, con tus manías cubrías todos sus huecos, 
con tus palabras sabias, con tus mohínes tan graciosos, con tus pobladas cejas.


Expografía.com


Y aquel día recuerdo, 
recuerdo aquella noche, 
tan tensa, tan negra...

Todo lo presagiaba,
 nada lo detuvo. 
La Parca afiló 
en nuestras mismas faces su dentada guadaña.
 La vimos, sí, tú y yo la vimos
 ¿Recuerdas?

Habría de pasar, se sabía. 
Estaba en el aire, se masticaba al hablar,
 se respiraba y dolía, lo espesaba
 como un gel frío de espanto
 que intentamos templar una y otra vez, 
una y otra vez... 
¿Verdad que te acuerdas? 

Pero todo fue inútil. 
Creíamos que pasaría de largo, 
miramos hacia otro lado, 
un momento, sólo un minuto, el cansancio...
 y nos dormimos. 

Tus ojos amanecieron como el cristal,
 tu reloj y tus zapatos, tu ropa, 
todo en orden marcial... y tu vida, 
tu vida la bruja parca,
 la traidora agazapada, 
la insistente cobarde la había raptado
 en un segundo, 
en la oscuridad de la noche, 
sin ser vista ni notada...

Sólo tú la viste en ese mismo instante, 
y su reflejo quedó plasmado
en las puertas de los armarios, 
en los cristales de las ventanas
 tras tus párpados fríos. 
Yo los cerré con mis manos.
 Último intento de sentirte, 
de notarte, un adiós inconfesable,
 un silencio y una pregunta postrera
 con olor de manzanilla y limón,
 olor a mañana vacía, soleada, hueca 
y sin puntos cardinales...

Te echo de menos. 
Cometimos muchos errores 
¿Acaso hay alguien perfecto?
¿Acaso eso me calme?

Estuviste frente a mi como un norte,
 alto y fuerte, bueno y blanco,
 estuviste y ya no estás, 
mi luz del día, ya no estás...

Te quise, te quiero, te querré... 
No me importa que ya no estés,
 te querré igual, no más, 
te querré igual.

Te tengo en mi pecho 
clavado como un estoque, 
este es tu lugar.

 Te cuidé, me cuidaste,
 te alimenté, me diste de comer, 
te obedecí, te obedecí... 
Me enseñaste a leer y a escribir,
 a reír, me enseñaste mil poemas,
 me enseñaste a no mentir
a no olvidar.


Klara Erzsebet Bujtor


Y yo no te voy a olvidar, 
aunque tu cuerpo te haya olvidado,
 aunque tus cenizas sobrevolaran la sierra, 
aunque el mismo mundo se extinguiera.
 Tú eres yo, y yo misma sobreviviré al mundo
 para sostener tu memoria
 y contener tu ausencia.

Esperanza

Esse Imaginaria





Hoy lloras, amiga...

 El manto de la ausencia te arropa impenitente 
y la falta te sobra constantemente,
 escanciando las horas y el aire de tu boca, 
y los recuerdos de risas y lágrimas se encienden,
 apagando muy poco a poco los rescoldos
 de tu corazón penitente.

 Hoy lloras la falta,
 hoy el recuerdo es tu exceso
 y apenas pruebas el presente.


AM Lorek


Ausencias presentes, brazos que no abrazan, manos laxas y frías, que no ausentes...

No temas, niña, porque el dolor es un trago amargo que la garganta al fin trasciende, y se apaga sin quererlo y sin no quererlo; el dolor se apaga imperceptible como la vela y la risa, como el sol cada tarde, como la vida que se retira mansa cuando se acerca la muerte.

El camino de la vida es como una vereda que se hace en presencia de la muerte, lleno de amaneceres y de ocasos, galardonado de lágrimas y de abrazos, de flores que nacen y que perecen.

Camina pues tu camino, mi niña y no te espantes de la muerte, que dulce compañera se torna cuando la estimas y la comprendes, cuando al fin miras a las rimas de sus ojos que aunque asonantes, no mienten.

El daño está hecho 
y la ausencia duele. 
El camino sigue,
 el recuerdo se aviva, 
y el dolor se diluye en el paisaje 
color dorado y verde;

 Y el dolor se pierde,
en el poderoso paisaje de la vida
  que no teme a la muerte,
y que sigue su camino
amamantando un futuro
color dorado y verde.

Con todo mi cariño, para mi apreciada N. C. B. en estos duros momentos.


Muros de arena...

Esse Imaginaria



Como un diablo me hablas,
 como el leviatán y su cercano eco, 
y como a la maldad misma atiendo
a tu boca osada, serpiente de plata. 


Yeny K.




Como el ocaso oscuro, sigiloso marchas,
 entre los rojos lamentos del día herido de muerte, 
despedida eterna, tal ocaso el adiós mismo muerdes 
y mi anochecer de azahar, injusto raptas.

Y regresas, samael, 
como el reincidente deseo regresa una vez colmado,
 cargado de rabia por la contemplación
 de la honesta ignorancia del mundo
 desconociendo tu corazón impuro y desechado.

Mas yo te acojo, mi amado bael,
 y beso tus ojos profundos y oscuros
 con los labios de mirada arriesgada
 despeñada en los tuyos... 

Sé que en tus brazos estoy segura,
 ya sólo las ascuas del averno me deslumbran,
 porque derruir no sabes mis muros de arena,
 cal y arcilla muda.

Guerra en tus pupilas, 
contienda en tu mirada, 
la sangre pugna en tus venas 
por ver la del mundo entera
 derramada... 

Mi astarot incauto, 
de nuevo hoy yerras; 
engendro inmundo y bello, 
hoy amas. 
No hubo noche sin su alba bella,
 ni existe guerra sin baldía derrota, 
cansada y lenta.

Lágrima seca

Esse Imaginaria




Ya no quiero ser nada,
 el futuro se ha acabado, 
consumidos todos los sueños
 en la comisura unos labios;
 en la fría sonrisa de la luna, tan inmensa... 
o en el monocorde tono de su serenata bella.

Agniezsca Lorek


Acaso quiero ser sombra,
 acaso suspiro cansado,
 podría incluso ser pétalo caído 
de alguna flor serena...

 Si algún dios me mirase, 
podría ser ese recuerdo borrado
 sobre una lápida partida y negra, 
en medio del inmenso camposanto 
del olvido y la indiferencia...

Si pudiera elegir, elegiría
 ser viento poderoso 
sobre las caras de los ciegos
 cuando pasean. 

Quisiera ser la sombra lenta
 de un relámpago, 
el recuerdo de un beso 
sobre los labios castos, 
aquel llanto consolado
 o esta lágrima seca.

La partida

Esse Imaginaria



Hay tantas cosas por hacer
 tantos días por vivir, 
tantas miradas por sostener...

Amaneceres desafiantes los hay,
y anocheceres apostados 
que esperan
 bajo el viento de mis alas,
abrigados.


Benja Art


Una noche y otra noche
me sobrevienen 
sin sus días...
y sobre mis sienes ellas vierten
noches y noches
 que camino 
día a día...
sin miedo y sin cuidado,
sin ninguna vela encendida.

 Y tú, luna negra y esquiva
en la honda sombra de mis pestañas 
te escondes dócil y cautiva,
enredando tu halo misterioso
 a mi mirada tranquila.


 Tantos motivos huidizos, 
tantos llantos motivados,
luces y sombras acunan
sueños dormidos y vanos.

Y este es el tren,
 esta la estación, 
el billete este es,
y tú, mi vida, eres tú...
 mi tentación.

Y se besan el miedo y la caricia,
 el destino y la partida,
 este es, cariño mío 
mi adiós...



El andén...

Esse Imaginaria



Habitando los senderos de mis días, 
los templos de mis noches alargadas y frías,
 navegando los ríos caudalosos de mis quehaceres
 y los arroyos pequeñitos de mis alegrías...

Habitando los océanos y los mares
tan profundos como tus ojos a medianoche, 
como tus flotantes silencios de tantos días..

Habitando me hallaba cuando la vida compró su billete de ida, sin más intención que la de marcharse muy lejos mientras estoy distraída... Y la vida tomó su tren sin vías, la vida no dijo adiós y me dejó pensando mis verdades dormidas.



Adiós a la vida,
 a los trabajos forzados 
de cada jornada con principio y sin salida. 
Adiós, mis amores queridos, 
a los odiados
 y a la gente que no vi pasar por mis días... 

Me marcho con mis recuerdos, 
aguardo en mi andén solitario rememorando desastres,
 como hacen los suicidas.

 Aguardo paciente e impaciente mi partida
 junto a mi maleta de besos robados,
 soñados, desahuciados 
y ahogados entre mis labios, 
que sellaron tras de mi el único andén
 sin salida..

Me prendes..

Esse Imaginaria


Cada paso, cada palabra, cada verso...
Cada dolor y sonrisa y lágrima incontada,
 cada te quiero...
Cada sol agotado que se enfría en fresca noche,
 cada luna que se funde en la mañana, 
cada roce.





En mis sueños premonitorios, en mis reproches, en cada rayo de la mañana, cuando cruza la estancia lento y naranja, sosteniendo su halo sobrenatural e inmóvil... están tus rincones verseados y tus manos, están tus verdades traicionadas y doloridas. Todo tú, amor mío estás nadando mis letras despeinadas, sin permiso y por la noche.

Quédate y no te vayas,
verso a verso inexistente,
cruza mi mundo canalla,
no te rindas, ven a verme...

Ven a verme, no te rindas,
verso puro, verso verde
No te rindas, mi poesía
  que acecha insistente...

Y ríe,
 y quiere 
y odia 
y siente...

Verso a verso,
  vida a vida, 
muerte a muerte,
 tú me prendes.


A las afueras..

Esse Imaginaria




A las afueras de la vida
 asomada,
 siempre ausente, 
nunca presente. 

Tarareando sones oscuros que nadie entiende, me sustento esperando mi noche de flores blancas, al aire libre, colmada de nubes sobre el halo del plenilunio cercano y divino que me posee..

Sollena - Fotografie & Make-up



A las afueras de la vida, sobre las olas del recuerdo de lo nunca sucedido, a la grupa del congruente desvarío, yo me consumo..Y te consumo como caldo de vida caliente que se presta presuroso a mi holocausto inmundo..

A las afueras
yo te amo
a las afueras
tú me piensas..
Pintando mundos
terminados..
A las afueras
de tu ser
mi ser te espera.

Vivo y sueño..

Esse Imaginaria


Tengo esperanzas, y tengo miedos, y tiemblo mientras miro el sol cuando nace en la mañana, y sueño si miro la luna cuando gravita silenciosa y sin vientos el cielo negro oscuro del estrepitoso escenario del misterio..

Hiroshi Nonami

Y sé que he vencido porque no lucho con la vida, 
lo sé porque le paso el brazo por los hombros
 y la apaciguo como a un niño travieso..

Y sé que he ganado
 porque no quiero atesorar otra meta en mis recuerdos, 
lo sé porque corro loca como el viento, 
a saltos y a risas 
y a sueños desbocados 
y sinceros...

Disfruto jugando a vivir
 porque tengo todos los ases de la baraja..
 No quiero ganar la partida, 
yo quiero beber esas sonrisas
 de impensadas vainicas que me invento..

Y mi copa se llena y se vacía,
 y ébria de latidos y besos pido siempre más y más, sin miedo de vivir en exceso... 
mis días y mis noches de azahares sonámbulos,
 y moribundos miedos..


©Alfmega Marín

Me invocas..

Esse Imaginaria



Porque yo soy tu hechizo
 y tú mi impedimenta..

 Porque yo tu soneto, 
y tú mi alma sin alma,
 que exánime me invoca 
 con voz de menta...



Con esos tus labios
 humedecidos en la sangre
 que del amor me brota 
sobre tu boca..

Tú me invocas

 Y yo misma ahora me erijo
 en tu embrujo mismo
 y tu misma agua de sed 
y sal..

 Y tú, mi velero sincero..
  eres la paz que recorre mis venas 
de pasión y verdad, 
de música y gozo de amar..

Te quiero
 como la letra a la palabra..
 como el agua bonita 
quiere al arroyo
 y la luna a tu mirar.. 

Como al hacedor de mi gozo..
 Yo te quiero..
como la flor marchita quiere 
a la nube bella y libre al pasar..

 Y eres tú, luminoso inciso de vida
 en mi amado y profundo escondite
 de oscuridad..




Macabra y sin velo...





Como mástiles erguidos,
 como amigos furtivos 
que visten de gris sus negras galas,
 y sus sonrisas ensayadas,
 sus caricias de manos blandas 
y su compañía macabra de amistad helada y falsa...
vana.

Gente, ruido 
y bullir de prisas entre suspiros callados...
ocultos. 







Reproches silenciados y  recién nacidos,
 bajo labios bien domados.. 
Bocas de besos falsos e insuficientes limosnas derramadas y hábilmente interpretadas...
Son ellos esos pobres solitarios quienes vierten día a día sobre mi cabeza descuidada vida, luz, fiesta y mentiras desparramadas, esos pobres solitarios sin alma, sin silencios verdaderos, con sólo su  hueca algarabía...
sin calma.






 Esos embusteros locos y dementes, que temen a las sombras sin luna, que medran escuchar a la noche callada interpretar su frágil sinfonía inaudible, esa que sale del alma y es verdadera...Temen a la melodía que componen las estrellas en su danzar cadente y sereno, arrastrando sus alargadas estelas sobre el liviano terciopelo, y punteando sin instrumentos la inquietante sonata de la espesa soledad,  arropada sobre la inmensidad de la oscura bóveda macabra...
 y sin velo.









Los pájaros pían su último invento 
porque la luna empuja con su embrujo
 al callado viento. 

La mar callada se muta lenta, 
mirando el cielo eterna y sin miedo, 
mirando el rosa cautivo, 
el azul furtivo y el rojo lamento...

Y al horizonte se lo lleva el viento 
trabajando sereno, sin usar las manos...
los niños juegan sin verlo..
sólo lo miran los cegados ancianos...

¡Mira, abuelo!! ¡Mira el cielo..!!
¡Mira la noche que está llegando....!! 
Y el viejo fija sus ojos en el suelo, 
 y su alma acabada en el recuerdo de antaño.


Porque solo entre mil cautivos está el viejo, sólo en su libertad de náufrago.
Solo sin madre ni hijo, sin amparo, sin techo y sin llanto....bajo el cielo y sobre el fango y junto a las estrellas que danzan su inaudible canto.

Y cruza el mundo entero sin temor ni luz, y solo entre mil cautivos atraviesa la vida y abraza la muerte que llega anunciada. La ve llegar sereno con sus ojos de niño pequeño y osado.. Solo en su lecho de cumbres altas y dorados prados, de su soledad arropado, arropado de su amante y fiel soledad de plata.



La noche..







Y el alba cae en la noche oscura, 
 de nuevo la luz manchada de sombras, 
de nuevo la duda...


Y el alba de la esperanza se desliza,  
tiene miedo..
Se desvanece, el alba se esconde...
La luz primera se hace postrera, 
 la salida, severa cancela,
y mis ojos sin oficio, morada de noches.. 


Vuela mi luna con vestido ámbar,
 la noche...
La sabe volar sobre las nubes, 
 y entre las almenas tristes de los siglos deformes...
y nada las horas tersas de terciopelo persa 
reflejada en el río, junto a murallas y torres...
Entre los arcos del río,  
cosiendo mis dudas, bordando suspiros,  
zurciendo mil nombres...

Y el Triunfo del Arcángel te da la mano, 
la campana de la torre te habla bajo, 
y los geranios floridos te hacen una alfombra 
rosada y tierna con sus propias manos. 

Mi luna negra.. ¿Porqué te asomas? 
Mi luna nueva... no me abandonas, 
me dices nanas cuando temo sombras 
que no quiero oír de madrugada sola..

Y el alba cae en la noche oscura, 
de nuevo la luz manchada de sombras, 
de nuevo la duda..



Tu voz, mi luna, es el aroma de los azahares muertos, 
que me invade en la puerta del Perdón,  
y lo pido y no lo encuentro, 
ya no lo merece mi corazón...


Y el vuelo del ave primeriza  
es ahora agónico aleteo, 
es llanto mi sonrisa, 
 y negra techumbre mi lucero...


Los grises perfectos e imperfectos  
danzan a la par la cercana cadencia 
de los desacompasados lamentos, 
 como negros agujeros vacíos,  
como negros gritos...
 quietos.


Manada de lobos sedientos...
sin agua ni sorbos de almas 
sin vida ni sombra de vida...
manada de solitarios, 
manada de sin caricias...
muertos. 

Déjame vivir la luz del día, 
la del rocío que brilla y el alma pura, 
no quiero tu noche fría, 
ni tu vacío que no acaba nunca. 

Y el alba cae en la noche oscura, 
 de nuevo la luz manchada de sombras, 
de nuevo la duda 
manchada de auroras. 


Ernesto Castillejo Ramos