La llovizna




Sobre la lisa alfombra del estanque de la vida,
 se posan cansadas todas las albas,
 y de lo hondo de sus aguas 
a veces dulces, otras amargas,
 los llantos parten ingrávidos,
 en busca de un cielo cambiante
 que sólo en el último momento
 descansa...

En la lisa alfombra de este estanque
 se suicidan desnudas todas las hadas, 
cansadas de sobrevolar los sueños de los infantes
 y de colarse juguetonas en sus casas;
 para después ser enterradas muy hondo y sin duelo,
 bajo la gruesa losa de la sabiduría,
 triste, huraña y escasa...


Stylowi



Y ya acabáronse todos los días de soñar,
 apurados quedaron, y pegados sus recuerdos
 a las paredes de esta estancia, 
como restos podridos de caramelos
 que atados a su recuerdo
 alguna alma infante olvidara.

Mas no ha de importarme 
la muerte de ningún hada alocada,
pues mis sueños manan y manan,
 como serpiente sin cola que repta lenta y sinuosa
 sobre la hierba fresca de esta pradera esmeralda...

Acabáronse, mas no me importara, 
porque sobre la lisa alfombra de la existencia,
 se precipita infinita, suave y sin cesar,
 la llovizna de nuevos pétalos de azahar, 
que juega a querer y a refrescar
el reflejo de aquel hermoso pasado,
 suavemente posado 
sobre su brillo en el mar..