¿Es factible aspirar a la perfección del alma?

¿Es factible aspirar a la perfección del alma?




Las Sagradas escrituras, con toda seguridad el libro más influyente en el comportamiento humano, para cristianos y no cristianos, para creyentes e incluso para ateos.



El comportamiento del individuo, sus creencias y sus guías espirituales, han evolucionado según sus enseñanzas. El devenir de la Historia, sus guerras y atrocidades, así como sus grandes logros, han estado inspiradas en las infinitas interpretaciones que de su contenido se han hecho, generando santos generosos e inconcebibles crímenes. El arte, arquitectura, pintura, en definitiva, todas sus manifestaciones han venido dictadas por las creencias de los hombres que vivían según alguna de las interpretaciones que sus textos arrojan, no importa a qué religión hayan pertenecido, o la visión del mundo que de su lectura hicieran. Incluso aquellos que manifiestamente han pertenecido a  religiones que en nada acercan  sus dictados a los textos que encierra la Bíblia, o que simplemente no creyeron en nada, han visto sus vidas influenciadas por sus efectos. Porque directa o indirectamente su contenido  ha transformado toda la sociedad, menos el alma mezquina de los hombres.
Parece, a simple vista que de un tiempo a esta parte la religión dejó atrás su brillante apogeo,ahora preferimos pulir nuestro cuerpo y olvidarnos de nuestro espíritu, pero ya vivimos en un mundo influenciado por la Iglesia donde todo lo clásico habla de sus protagonistas y donde todos los dictados de la tradición nos han hecho crecer en su caldo de cultivo,  hábitat enrarecido por los errores de los hombres, criaturas imperfectas que aspiran a la perfección.



¿Es la perfección algo que podemos alcanzar?
¿Es, acaso lógico aspirar a la perfección del alma?


Y si fuera así, ¿cual es el camino?
Sólo tenemos acceso a lo que otros hombres no enseñan, a lo que está escrito en los libros, pero, ¿qué credibilidad podemos dar al juicio de quién los escribió?


Puede que el camino esté dentro de cada ser, puede que no todos vayamos en la misma dirección, puede, sólo puede que Dios esté dentro de ti.