Julia

 




Hoy se me ha muerto

 un cachito de alba;

 se apagó la risa clara,

 y el dulzor de la niñez

 se tornó anoche mismo

 en seria callada.




No imaginé en aquellas risas 

que tan pronto se apagaran;

no sospechaste tú en tus sueños

 que sin despertar te dormirías

 grave y postrada.


Ave de juventud, 

que posaste ayer el vuelo tuyo

 de plumas blancas,

 ya no podrán mis ojos en tus requiebros

 poner más la ilusión de un día nuevo, 

ángel bello, bucle de albas.

 

Verte no podrán ya mis recuerdos, 

más que desde el velo de hierro fiero

de esta cancela negra y trabada.

 Mas pronto se abrirá el estrecho encierro

y renacerán viejos infantes de ilusión 

que dulces cantan.