La luz postrera..

                             

Diseccionadas las almas en el aire que oprime... parte a parte toman su lugar amores, juegos y penas, parte a parte ordenan el mundo los medios amores, los odios enteros y las cumplidas condenas...
Parte a parte, diseccionadas miradas que se cruzan y se enredan, trozos de palabras, palabras olvidadas y caricias en tregua...
Diseccionados los hombros encogidos y encorvados, bajo el peso de las alas oxidadas, que querían aprender a volar los cielos de coloridos arcos cruzados... y que perdieron sus plumas mucho antes de haberlas usado...

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¿Qué expresión albergan tus ojos inundados?
¿Qué expresión cobijan que lucen vacíos y vagos?
Desde abajo, con los trozos de tu alma sobre el suelo desordenados, juegas con ellos a los dados, haces solitarios y después, aburrido y con lagañas te levantas y los dejas abandonados, para que se los lleve el viento y entonces vuelen inconexos y liberados.

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Caído y cansado, contemplando el cielo convulso desde el suelo callado y los finos tallos de las flores más hermosas desde el ras del quebranto.... Sólo entonces sabes empezar de cero, como un niño que bosteza por un rayo de sol deslumbrado en la mañana de Enero, en la tarde sin prisas, a la hora de la merienda, por las noches en su cuarto....
El cielo desde el suelo, lo alto de las nubes vaporosas desde la zanja del finado, la última luz de la vida, el adiós, la luz postrera, la que brilla más potente y es cálida y te da la mano...
Tomas la vida y respiras hondo y navega tus venas y vuelas.... hasta donde levitan todas las almas los vuelos imposibles con sus alas desplumadas, sin a penas restos de aire.... Pero vuelas porque sabes que la vida es un vuelo de cometa, alto, brillante y corto, como el brillo de la cascada en el arroyo, como  las risas sin razones y  el reflejo de unos ojos en otros...
  
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Y eliges vivir sin motivos, desintegrando penas, eliges abrir tus ojos como un ángel ciego que lo ve todo, como un niño que huele a dulces y a tesoros, como un moribundo que se deshace de sus cadenas...