Esse Imaginaria
Acabaronse las tardes y abalanzaronse las noches hambrientas sobre los soles candentes y las nubes rastreras...Agotáronse, cosumiéronse, diluyéronse en el aire puro y azul oscuro de la gris neblina inmensa y sin rejas.
Vivo en una noche oscura inmersa y sus sombras bailan bailes siniestros entre las esquinas funestas. Sus sones suenan sonatas de lamentos inacabables que mecen la cuna de la luna negra...Vivo en la noche hambrienta, bebiendo oscuras copas, narrando tremendas sendas.
sakkarah-sakkarah.blogspot.com/2012_11_01_archive.html
Hoy la noche no vino a hablarme de la hermosura de la luna llena, hoy la noche refleja en el amontonado llanto del mundo su faz terrible y terca, y su oportuna sombra repta tras su rostro perdido en la enormidad de la locura inmensa, tras su abrazo lascivo y su inquietante acoso de calavera..Y susurra voces de otro mundo justo tras mis oídos y grita temblores en los trazos negros de los cuadros colgados de las paredes funestas, y me acaricia las mejillas portando helados dedos sin carne ni huella y me da frío, y me corroe el alma... Porque se come la vida del ave, el aroma de los blancos pétalos y la risa del ángel tan radiante y fresca..
La luna asesina tiembla
si se mira en el agua
del lago fangoso y quieto
que la observa.
Tiembla la luna,
tiembla y titila como
la lejana estrella difunta
que nos alumbra.
Con el fuego de su espectro, pulula,
con el reflejo de su muerte presente
y su fogata pretérita
que no se apaga nunca..
Acabaronse las tardes y abalanzaronse las noches hambrientas sobre los soles candentes y las nubes rastreras...Agotáronse, cosumiéronse, diluyéronse en el aire puro y azul oscuro de la gris neblina inmensa y sin rejas.
Vivo en una noche oscura inmersa y sus sombras bailan bailes siniestros entre las esquinas funestas. Sus sones suenan sonatas de lamentos inacabables que mecen la cuna de la luna negra...Vivo en la noche hambrienta, bebiendo oscuras copas, narrando tremendas sendas.
La luna asesina tiembla
si se mira en el agua
del lago fangoso y quieto
que la observa.
Tiembla la luna,
tiembla y titila como
la lejana estrella difunta
que nos alumbra.
Con el fuego de su espectro, pulula,
con el reflejo de su muerte presente
y su fogata pretérita
que no se apaga nunca..
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