El prado de Proserpina

Esse Imaginaria



Tres hermanas Miner, Luci y Liber eran las que bendijeron aquella unión imbendecible, tres criaturas inquietas y juguetonas que llenaron el castillo y sus alrededores de risas e ilusiones casi imposibles. 



Jove, el señor del feudo, las contemplaba orgulloso y complacido, mas sólo la plácida y serena presencia de su esposa, la hermosa reina Cira, era capaz de amainar el fuego beligerante que desde niño ardiera en lo hondo de su pecho.

Las niñas crecieron apartadas de las oscuras intrigas de la corte, inmersas en sus juegos y pronto cada una de ellas, gracias a los desvelos de su madre y sus preceptores se convirtieron en hermosas y habilidosas mujeres. 
Miner, estudió todas las ramas del saber convirtiéndose en una joven de sabia hermosura, Luci prefirió rodearse de niños, llegando a ser considerada la mejor partera del reino, pero Liber, la mayor de todas, nunca gustó de ocupar sus días en otra tarea que corretear los prados floridos a cielo abierto, recogiendo hermosos manojos de flores en compañía de las ninfas del bosque. 

Era una joven de gran corazón incapaz de dañar con acto o pensamiento, y su habilidad era la serenidad y la dulzura, atractivos despreciados por los jóvenes nobles del reino. 

Desposaron pronto y ventajosamente sus dos hermanas menores tal como dictaba la tradición, no así ella, que despreocupada del amor continuaba cultivando su embriagadora ingenuidad.

Los monarcas, preocupados por esta circunstancia llamaron a los sabios de la corte que no supieron encontrar solución alguna al carácter contemplativo de la hija mayor y heredera del reino. Fue la reina quien al fin exigió una solución a Vunes, la hechicera de la corte. Esta urdió tal sortilegio que de inmediato aseguró que la joven estaría desposada en menos de una semana con noble varón.

Los monarcas se dieron por satisfechos y aguardaron expectantes los acontecimientos.  Al cuarto día, mientras Liber observaba embelesada el discurrir caprichoso de las mariposas de su amado prado, un oscuro ser surgió violentamente de las profundas entrañas de la tierra a la grupa de un enorme caballo negro, era el temido mago Volcano, dios de los avernos, quien habiendo sido presa del sortilegio de la hechicera no pudo sustraerse a la cándida y en apariencia improductiva hermosura de la muchacha.
Presa de su amor y de su naturaleza fiera, el mago tomó por la fuerza a la frágil princesa, arrastrándola a las profundidades de su oscuro y temible reino.

Alarmada, Cira envió soldados, pero ninguno regresó. El rey partió entonces presa de la furia a buscarla con todo su ejército, pero fue en vano, pues todas sus fuerzas fueron insuficientes para franquear las vírgenes fronteras de los avernos. 

Pronto se supo de mano de los espectros nocturnos que en las profundidades de la tierra, la dulce Liber había contraído matrimonio con el terrible mago, y se conoció del tierno y mutuo amor que tales amantes dispares se profesaban.
 Pero Cira no dejaba de llorar la pérdida de su hija amada y pronto salió por su cuenta a buscarla, atravesando valles, desiertos y ríos, indagando incansable y desorientada. 
Mientras, el rey languidecía a la espera, sintiéndose inútil y abandonado, sin poder soportar por más tiempo la ausencia de su esposa e hija amadas.

Cira encontró al fin el cinturón de su hija que las ninfas, habiéndolo reconocido, arrebataron a un alma en pena expulsada de los avernos.
Desesperada y apretando contra su pecho la única reliquia que de su hija le quedara, la reina se negó a regresar al castillo, y vagó por los campos convirtiendo en cenizas con sus lágrimas prados, bosques y cosechas. 

Alarmado el rey, viendo la desesperación de su esposa, la pérdida de su primogénita y la ruina de los hombres y sus campos, encontró al fin la forma de bajar a los avernos con ayuda de un diablo bien pagado que le mostró un oculto atajo, y allí halló a su hija tiernamente abrazada a su terrible esposo. 

Les habló de lo que estaba sucediendo y la conveniencia de que la joven esposa regresara a  presencia de su madre. 

Volcano no quiso escuchar sus airadas quejas y trató de quemar en la hogueras eternas al arrojado monarca, pero Liber se interpuso. 

Sentáronse entonces los dos hombres a hablar, obligados por la dulce exigencia de la reina del Hades, y al fin llegaron a un acuerdo: La hija volvería junto a su madre,  al cielo abierto de los prados floridos durante la primavera, y regresaría en otoño junto a su amante esposo para gobernar en su compañía la oscuridad de los avernos.

Y es por eso que hoy los prados florecen cuando ella nos visita y que sus flores perecen al verla partir.

(Cuento inspirado en el mito de Proserpina)


El adiós

Esse Imaginaria



Agniezska Lorek


Recuerdo aquel beso extraviado, 
aquel que me brindaste y se perdió 
a las afueras de tus labios;
Y breve brotó, y sin bríos, 
 el que pereció entre tus manos 
y la frontera de los labios míos.

Y recuerdo igualmente tu mirada, 
porque mi memoria la cazó vencida, 
recuerdo el brillo de la luna en tus pupilas, 
buscando en el adiós mis pagos... 
Y aún no olvido el caer oblicuo de tus párpados, 
que raptaron por siempre tu presencia 
de la mía.


Madre

Esse Imaginaria





Hoy te escribo, madre... 
Primer domingo de Mayo. 
 Te traigo flores, jazmines, geranios y azahares, te los traigo porque no tengo ni nunca tuve cosa más bella que entregarte, madre...
Te quise y te quiero, te extraño y te lloro y tu presencia ausente es un agujero cada vez más profundo que mis recuerdos colman cada día de interminables lágrimas, como se colmara de alhajas un tesoro.
Madre, navego sobre el océano que vierten mis ojos, 
y desde que te fuiste no hay motivo para que mis labios finjan sonrisas ni para que mis manos se crean palomas del cielo ni gorriones tordos.



Madre, lo que fuiste yo lo sé: ángel, mujer, extraña criatura de fulgurante blancura, ninfa, hada, o quizá simplemente tú, una mujer buena y bella, un rayo de sol que cruza la estancia, un trino, un reflejo en el agua de la fuente, un aroma de azahar en el recuerdo tallado a fuego sobre mi piel y mis ojos desbordados de tu pasado que a cada amanecer añoro.
Aquí estoy, tú no estás... 
 Construyendo inútilmente una balsa para cruzar el océano salado de tu recuerdo, dulce almíbar del apetecible puchero de tus rastrojos.

Ángeles borrachos

Esse Imaginaria




A veces pensar es bueno, a veces pensar es malo. 
Algunas veces se mata con el pensamiento o el sentimiento termina matando, y otras sin querer se hiere por no haber pensado.






Da igual,
 la vida está siempre ahí mirando, 
mientras dura, mientras hiere, 
mientras sueñes que vives
mientras sabes que mueres...

Mientras sueñas, respiras,
 y si olvidas el camino de la luna 
y los aromas de los nardos, 
entonces, desgraciado, 
entonces tu corazón será tan sólo 
 el fabuloso alcázar del llanto.

Sueña, imagina, vuela,
 comete mil cien maravillosas locuras, 
piensa y no pienses...

Desequilibra tu balanza y abraza siempre fuerte contra tu pecho desbocado todos los castillos del aire, los ángeles, los demonios y las nubes vaporosas y endebles que dibujan las hadas y los duendes cuando están borrachos.

La aurora...

Esse Imaginaria



Mujer de la flor de cerezo impresión en lona estirada-Sassles

Todo está limpio, la mañana ha nacido y el sol, allá en lo alto del cielo canta...
Tú pululas por mis fueros tal como los pajarillos que nadie posee, y las flores estallan en aromas y mieses. Sus colores son magia y el mundo se hace grande y esbelto, y se deshace el día en noche de misterios preciosos lentamente...
Y así estallan las lágrimas del asombro, que se precipitan lentas en pos de regar de vida las blancas y las negras pieles, y tal camino se culmina en un beso al aire y a la nube que pasa, al árbol y al enemigo inconsistente. 

La vida es poderosa,
 anida los corazones,
 vuela lejos y se posa...
Porque es de lágrimas
 una balsa mansa, 
que no necesita muertes...
 es la vida del hada
 el beso tierno y verde
 de cada aurora.

Penumbra

Esse Imaginaria


Suceden demasiadas cosas y nada sucede, celebramos y damos la bienvenida y callamos, las gentes ahogan sus voces extinguidas, nada duele...

Agnieszca Lorek

El mundo rueda como la cabeza de un decapitado, calla como la boca callada del ahorcado y grita el grito del recién nacido, del recién mutilado...
Cual es el dios que dejamos en el útero olvidado, quizá justo el que sonríe condescendiente mirando tantas risas pequeñitas y tantos enormes llantos.
Quiéreme, dice el niño y dice el viejo abandonado, 
mírame, dice el artista y dice el padre ninguneado, 
respeta, pide la boca pequeña de la mujer ultrajada, 
nunca, la enorme boca de la crueldad que no calla el llanto...

¿Cual es el dios que dejamos olvidado, 
cual que convalece en un guiño del sol 
que alumbra la penumbra 
de este vergel frío y nublado?.


Paloma muda

Esse Imaginaria





El viento colgó sobre las nubes sus pensamientos,
 y los llevó a lo más alto, muy lejos del suelo...
allá donde no es real ni la liviana sombra de un recuerdo,
 donde ya nadie roza su alma que está lejos del miedo...
Allá sobre los jirones del alba cerrada
 canta el orgullo y canta la paloma muda de la paz violentada,
allá donde las dudas tejieron su dorada armadura
de atardeceres traicionados y lunas rotas de ámbar.

Qué más quiero?

Esse Imaginaria



Si miro a la luna cuando riela
 y pienso ¿qué más quiero?

 Y si qué más quiero pienso,
 cuando miro el sol pintar la oscuridad del cielo
 con sus  pinceles encendidos de anaranjados
 y azules y amarillos intensos... 

Y si no quiero más nada, 
porque nada más puedo, 
cuando los pájaros cruzan raudos
 el vertiginoso manto del firmamento...
¿Qué más quiero?


 Agnieszka Lorek

Y nada más, 
cuando abro los ojos en la mañana 
y tus ojos cansados de mirarme dicen, 
te quiero.

Y nada me hace falta 
cuando al fin cansado el día 
se acuesta en la estrellada alfombra
 que estremece el viento...

y una fuente canta tu nombre en la oscuridad, 
y unos pájaros beben del rocío 
cuando dice adiós el largo invierno...
¿Qué más quiero?

¿Y qué más quiero si te quiero y me quieres 
con este amor cálido y bueno?
¿Qué más pueden desear la carne y el alma, 
si el alma y el amor y la luna y la luz del día 
llueven caudales de trinos
 y besos?






La primavera II

Esse Imaginaria



Se carga el día de horas, 
y las horas contemplan asustadas mi miedo, 
se carga de olvido lo olvidado, 
perdido en mi cuarto vacío y sin recuerdo...

La joven del agua

Sobre la repisa hay un retrato, 
sobre la mesita un libro entreabierto,
 que me miran esperando
 que encaje el puzle incompleto 
de mis recuerdos.

Acabado está el pasado,
 aunque su bucle peine cada mañana mis cabellos... 
sin tensar están los abrazos de los días nuevos,
 que descuidados en los rincones oscuros se hallan,
 del desencuentro.

El mañana es de mentira,
  el ayer es un recuerdo, 
y las horas del presente tejen y destejen
 las vainicas deshilachadas,
 el dechado de mis silencios.

Ven, luz del día,
 toca mis ojos, toca mis manos, 
ven y despierta mi mente dormida
 entre las páginas de mis quehaceres
 autocombustibles y lentos.

Y vino el día, llenando de azahares el aire de mi cuarto, 
 abrióse mi ventana y se escucharon todos los pájaros.

 Acercóse a mi piel entonces,
 muy cauto 
el capricho de la vida,
 que cíclica abre todas las flores de las primaveras,
 disolviendo las páginas del pasado
y dando sus blancas alas
 a las vírgenes simientes
 de las eras.





El refugiado

Esse Imaginaria


Ángeles caídos, 
ángeles sin alas,
 miedo en la noche,
 manos sin nada.


Stefan Gessel


A la vista de todos, 
 transparente guadaña,
son pasto de lobos 
que muerden sin ganas.

Nadie los ha visto
nadie conoce sus casas
no duelen sus gritos
 ni la sangre que mana.

Muros de vergüenza
recorren las almas,
y las palabras vuelan huecas
sin verdades hiladas.

Nada es nada, 
cuando el frío hiela
 al ángel sin alas.

Nada es nada
cuando las palabras
podridas se preñan,
y el  hielo habla...


La luna es una mujer (8 de Marzo, día de la mujer)

Esse Imaginaria



La luna es una mujer entre las olas,
nadando va los resquicios de los cielos,
buscando un amor despojado de celos
 como hallada y perdida paloma.


Agniezska Lorek

Siempre a la vista ella, siempre sola,
dama del mundo, la noche y los besos,
dama de los infiernos y de los versos,
señora blanca de aroma a amapola.

Sin tu reflejo el mar y el poeta callan,
sin tu recuerdo la estrellas se agotan,
los niños al vientre de la madre abrazan...

Ya se mece la luna sobre su alfombra
al compás de los meses y las damas,
al son de los mares, peinando albas.


La serpiente del tiempo raptas

Esse Imaginaria


Y tú me muestras los tejados del cielo,
 y me susurras los secretos de los avernos
callando todas las palabras habidas, 
batiendo el viento indómito con tu silencio.



Stefan Gesell

Quiero ser yo la cazadora de tus sueños, 
y atrapar quiero tu aliento cuando 
 levita entre tus labios 
y mis labios inquietos.


 Porque no consigo temer al fin del mundo
 subida al dulce vuelo de tus alas,
 y contigo el orbe se hace lejano y pequeño,
insignificante e irreal cuento sin hadas.

Y tú me muestras los tejados del cielo,
 y me susurras los secretos de los avernos
usando palabras sin rimas, 
peinando indómito el callado viento.

Sumergida en la luz que te abraza, 
en el aire que arropa tu piel mojada,
 no hay mundo fuera,
 la serpiente del tiempo raptas.

La cálida bruma

Esse Imaginaria






Es en los abismos del alma
 que existo y existes, 
en los mundos insondables
 donde siento y donde sientes, 
donde te beso y me abrazas, 
donde se enredan nuestros
 brazos tan fuerte... 


Anna Ditmannn



Y en el vacío de los bosques quemados 
es donde las almas no mienten, 
sin ventanas abiertas y sin más paisaje
 que tus muros y mis paredes.

 Y es en el vacío de la inmensidad del cielo que no alumbra luna, en el de la mirada fallida y la caricia que se apresura, donde te encuentro jugando a escondidas con mis recuerdos olvidados, y donde apuntalas con tus espesos suspiros el mundo, como con su abrazo inmenso hace la cálida bruma...

El manantial

Esse Imaginaria



Y es que a veces algo se rompe,
 algo está roto... 

Y la poesía ya no quiere ser más poesía 
y el poeta no quiere versos 
ni medida que su papel hagan brillar...

Siegart Von Schlichting Fotografie

Cuando el poeta no quiere ser poeta, 
y la nube ya no quiere al sol estorbar, 
el niño no quiere juegos 
ni el amor ya quiere más... 
Esas veces las olas del mar juegan sin prisas
 y no necesitan espumas que encresten su danzar, 
ni el viento necesita ya ser brisa de romero, 
ni una mirada artificio que la haga impar...

Cuando eso sucede 
y las letras manan sin nombre ni título, 
sin rima ni ganas de rimar, 
entonces el poeta es hombre
 y la rima está escondida en el idioma
 del caótico y limpio salto del escondido manantial.

"Calma y Tempestad", de Amparo Muñoz Rocha

Esse Imaginaria






Estaba yo pasando unos días extraños, una etapa de esas en las que no te importa echarlo todo por la borda, en las que haces cosas que de entrada sabes que te superan, cuando sumergida en esta vorágine vino de improviso a mis manos el primer poemario de mi querida amiga, guía y poeta Amparo Muñoz Rocha para poner cada cosa en su sitio, tal como lo hace un buen verso... 

Calma y Tempestad

Siendo este su tercer libro no me parecía que fuese su primer poemario porque toda ella es una poesía, lo que dice y lo que hace, lo que imagina y lo que cristaliza en sus letras...
No sabía que fuese su plan esta increíble obra y de repente está aquí, entre mis manos, y sus letras se adentran en mi alma una a una tal como el agua fresca y pura. 
Gracias, Amparo, no merezco tus licencias pero las guardo como joyas.

Calma y Tempestad se titula este magnífico poemario, y tal como llega levanta calma en medio de las tempestades y apacigua el alma. Una obra entrañable y hermosa que no puede dejar a nadie indiferente, porque eso es lo único que Amparo no puede...

Foto: Amparo Muñoz Rocha

Aquí os  dejo el magnífico prólogo de Calma y Tempestad, autoría de Javier Barba Garzón, quien  presenta y define a la perfección esta obra insustituible e indispensable:

Obra completa de Amparo Muñoz Rocha

Conocí a Amparo Muñoz Rocha una mañana de marzo de hace ya casi tres años gracias al milagro de la virtualidad y a su (nuestra) voluntad de establecer lazos entre personas que creían (creen) en la poesía como una forma de derrochar vida, de compartir sentimientos y sensaciones que no le caben dentro de tan poderosos, de tan ávidos de inmortalizarse, muy a pesar de que ella sabe, cree, afirma, que la vida va más allá de nuestra biografía. En mi caso buscaba a alguien que descifrara mis complejidades, y ella me abrió los brazos y los ojos desde el ángulo menos obtuso de la comprensión humana: la simplicidad, el retorno a la esencia más primitiva del ser humano. No habría podido hacerlo de diferente modo. Así es su poesía, un retorno, una metamorfosis, casi, a lo esencial.

De esta manera conocí a la poetisa, sin menospreciar claro, a la narradora que sobradamente demuestra con Nina y sus pequeños relatos. Pero conocer a la poetisa, es llegar a la esencia misma de lo que ella busca con la poesía: reducirse a la mínima expresión para comprenderse y ser comprendida, mostrar su yo más intenso reducido a unos versos hermosos: ésa es la poetisa, así en femenino, con toda la carga de femineidad (no feminista) que pueda acarrear la elección del término, porque en la poetisa reside la Verdad, y la Verdad está en La Naturaleza, porque a La Tierra pertenecemos y a ella volveremos, a esa Tierra Madre a la que le debe todo, y con la que se funde en sus múltiples huidas del ser humano, convirtiéndose en ave, roca, charco, qué importa, ella es un todo dividido en mínimos fragmentos de los cuatro elementos, y a Ella, la Tierra Madre, a veces como humana, le rinde respeto por todo lo que le debe, o entona un mea culpa en nombre de todos nosotros, por apretarle el cinturón hasta ahogarla, ¿y qué sería de la poetisa con una Tierra ahogada si no pudiera volver a Ella?

Y aun así el tema por excelencia de la poesía de Amparo no es la Tierra, ni los cuatro elementos, sino el amor. El amor es su experiencia casi intangible en esta vida suya tangible. De esta experiencia a veces sale herida, a veces gloriosa vencedora, siempre reivindicándose, para volver siempre al origen, a un vientre en femenino, donde siempre habita el origen de las cosas. El amor en todas sus expresiones se nos presenta abstracto, como carente de forma, y en la poesía misma, asistimos al acto de vestirlo, de darle forma y colores, como en un retorno a esa imagen suya en la que la vemos de espalda, pintando a brochazos rápidos ese amor que se le ha metido en algún recoveco de su cuerpo, y ahora su misiva es concretarlo: qué es, cómo es, a qué sabe, a jugo de moras, a vino, a savia, la poetisa es árbol que se adentra en las raíces de la inmortalidad, y que se autoalimenta con esa savia tan natural, repartida a través de sus vasos liberianos que tienen la forma de un poema. La poetisa se siente atrapada ante un tú que no siempre la ama como debe amarla, y se queda atrapada en un espacio artificial: me cae el aceite hirviendo, resbala por las paredes de tu fortaleza. El amor contrapuesto: yo frente al olvidaste buscarme. El amor mal entendido desde el principio: lo primero que me enseñaste fue a anhelarte. El amor nuevo, casi de adolescente que urge y desespera: a ti, sí, ahora, hoy, ya. El amor que primero ilusiona, luego miente, decepciona hasta convertirla en una diminuta mancha, la arruga de una prenda que se queda despierta, con los ojos muy abiertos hasta que le salgan alas y retome el vuelo, su siguiente viaje que la vuelva a llevar, por supuesto y siempre, a La Tierra, al origen. El amor que animaliza, casi siempre en un ave que le permita ver los desamores con distancia, y la objetividad que el mundo le permita.

Saboréala, tócala, mírala, escucha cómo canta, huele ese perfume tan de mujer y tan de tierra, porque ésa es su poesía: un vuelo rápido e intenso por lo tangible para explicar la experiencia de vivir, un desesperado vuelo de paracaidista que intenta dejar huella en esta vida, consciente de que allá en la otra, cambiarán las reglas del juego. Su huella no será una hazaña, ni un viaje a la luna, su huella será el lazo con los demás seres humanos, la mano que te tiende, el abrazo que te ofrece, su desesperado intento de decirse no estoy sola, somos más, su convencimiento siempre de que no estás solo, estás con Ella.

Javier Barba Garzón.

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Felicidades, amiga!!!



En el estanque viejo

Esse Imaginaria




Yo sé donde las estrellas se hallan
 en esas noches tersas,
 cuando la luna no se esconde, 
y en la soledad del firmamento,
asustada pregunta por ellas...



Perdida sin flamantes amigas ni guía,
  la sola dama dormía, 
tal como el primer aliento y el postrero
se suspira...

Las estrellas gustan de chapotear
 las aguas de los manantiales negros.

 Gustan, como luciérnagas traviesas,
 de refrescar sus fuegos, 
allá junto a los peces de colores
 del estanque viejo..

Creen,
 hadas ingenuas y pequeñitas, 
que los vivos colores de los amimalillos
 son ellas mismas augurando
 los futuros inciertos...

 Y creen,
las dulces damas de la cohorte altiva,
 que el estanque del patio viejo 
guarda todos los secretos
 que en el mundo habitan.

Y los peces distraídos
 preguntan al cielo,
 mientras las estrellas se embelesan de los fulgores,
 de sus escamas coloridas.

Vacía y sola...

Esse Imaginaria



El cielo era oscuro,
 la noche, espesa y fría, 
las torres mudas clamaron sus siglos
 mientras los pájaros dormían..



Jaroslaws Datta



El patio era secreto,
 como todo lo que allí habita, 
 los susurros del viento 
 lo saben, y así lo silban..

Silencio, 
Córdoba duerme tranquila, 
y los reflejos de las estrellas 
bajo las aguas del río titilan..

Vacía y sola la techumbre del cielo, 
sola y helada, la luna grita,
más las estrellas traviesas quieren jugar
 bajo las aguas del puente, 
 y junto a las hojas de los naranjos
 desde ayer caídas.


La encrucijada

Esse Imaginaria



Hay una encrucijada profunda, honda, roja y cruel ante mis ojos confundidos; 
y se sonríe malévola
jugueteando con mi corazón entre sus manos, 
volteándolo con sus uñas sucias 
y ensangrentadas de antiguos corazones ya destrozados...

Agnieszka Lorek

Hay una encrucijada que pretende asustarme
y que me aterra, 
y me hunde en la espera improductiva 
que preludia el desastre y la ruina...
Hay una encrucijada sin nombre que se siente en el pecho,
como una zanja suicida,
que ha desarmado mis brazos caídos y mis dedos vencidos,
sin más quehacer que tejer alfombras de miedo,
con agujas afiladas que trepanan
mis esperanzas descoloridas.

Cálido y bueno...

Esse Imaginaria




Sopla el viento de tu risa en la mañana, sopla la brisa de un te quiero, sopla el beso incauto y sin miedo que preludia tu mirada... y los pájaros trinan alto, allá sobre las brumas desenredadas del alba, y bajo los árboles desperezados del jardín de nuestro invierno.


Quiero volar atada a tu pelo, y yo quiero ser tu sombra en la noche y tu alba... Quiero, yo quiero ser tu aliento en el beso, y ser quiero lágrima en tu recuerdo y de tu cansancio la almohada... 
Déjame ser el rocío de tu mañana y el último rayo de sol que alumbre tu estampa, y déjame vestirme del aroma de tu ser para vivir pegadita a tu alma...
Porque tú eres  mi ser, no lo soy yo, yo no debo... Porque tú eres mi vida, la que te entrego... y tú eres el pensamiento que me recorre por dentro, y me alimenta la piel y los hermosos silencios..
Y aguardo yo tu voz como aguardas tú mis parsimoniosos besos, acecho tu llegar como tú amainas mis lamentos, y te hiciste amigo de cada esquina de mi casa, de tanto desenredar mis caricias para tejer con ellas tus requiebros...






Ven, mi niño,
 mi ángel, 
mi ave pegada al cielo
 Ven, águila salvaje y sin freno...

Ven, y por fin posa sobre mi mano 
tu poderoso vuelo, 
que el batir de tus alas
 quiere y no puede llevarte 
lejos de mi nido, 
cálido y bueno.

El pajarillo...

Esse Imaginaria




Vi un pajarillo 
en el alféizar de mi ventana, 
me miraba y no me miraba, 
y asustadizo quería y no quería
 encontrarme el alma...

Agniezska Lorek

 Quise cogerlo,
 más sólo con la imaginación lo hice... 
y fue hermoso como lo es cada uno de mis  sueños;
y entonces dio un saltito y otro saltito,
 y se desplazó hacia más allá de donde mis manos pudieran hacerlo.

 Subido sobre unas ramas lejanas me observaba, 
como a la luna observa el sol desde el otro lado del cielo...

Y lo seguí con la mirada, 
toda yo secuestrada por su pequeña inquietud bella y frágil y libre, 
como pedacito de alba eterna que nunca se oscurece, 
como la breve esperanza que nunca se acaba, 
igual que el aire limpio 
y el cantar de la fuente.




Recuerdos...

Esse Imaginaria




Recuerdo, recuerdo aquella mirada emborronada de deseos, aquellos sueños alborotados que desordenados ocupaban todos mis momentos... Soñar con vivir, jugar a jugar, llorar por un cuento, por una estrofa que se prendía insistente a mis sueños, como fuego de artificio alocado e intenso...

Recuerdo, recuerdo todos mis miedos, mis fantasmas, mis brujas malas y mis brujas buenas, que se apostaban en la esquina de mi cama junto a los ángeles del cielo...
Todos acudían prestos a mi llamada, cuando la noche abrazaba el mundo con sus brazos oscuros de estrellas y lunas, acunándolo todo, al son de los silbidos cercanos de los trenes que viajaban a mundos extraños y malos y buenos...

El universo cabía en mis ojos y en mis risas, 
el orbe de mis fantasías me invitaba y me asustaba,
 tal como lo hacía el indeciso viento...

Vida,
 vida amontonada, tiempo...
Sueños, 
sueños que han quedado sin usar
 en las estrechas esquinas del tiempo...


Saleru


Ilusiones, sueños,
 besos y abrazos,
 cielos y valles inventados, 
amores de cuento...
¿Dónde fuisteis mientras la vida me embaucaba? 
¿Qué hicisteis de mis hadas,
 qué de mis princesas,
 de mis vuelos despreocupados a cielo abierto?

Quiero cuentas, 
exijo lo que es mío por derecho, 
porque ningún reloj desbocado apagar puede todos mis fuegos.

Y en esta noche yo reclamo mis ángeles sobre las cuatro esquinas de mi cama, reclamo el vuelo de las hadas sobre mi luna acaramelada, la que me tiene enamorada desde el principio de mis tiempos... y hoy reclamo mis sueños abandonados para estrenar uno a uno todos los cuentos.

Mis sienes marcadas...

Esse Imaginaria


Ninguna de entre todas las joyas que el mundo supo concebir para seducirme, ninguna pudo, nada puede ni por un segundo distraerme. Nada consigue apartar mis sueños del dorado de tu luna, cuando sobrevuela tus estanques color azabache y oro y verde... 

Agniezska Lorek


Nada pudo, nada puede... apartar mis sueños de tus aromas, tierra de rincones escondidos como tesoros.  Nada precio alguno tendría si sobre tus verdes y amarillas campiñas no se posaran mis ojos... porque tu natural esencia se enreda, con tus artificios profundos y sordos, los que no escuchan ni reflejan artes aprendidas, los que manan manadas de misterios oscuros y 
tordos.
Ejércitos enteros de columnas, 
ejércitos de piedras, 
milicias de azahares de hojas anchas
 que rezuman alientos pasados y tatuados
 en el trigo de las espigas, 
y en los mil labrados arcos 
trabajados con los ojos cerrados...

Córdoba, viaje del tiempo, viaje del alma, trágico tránsito entre las letras y las calles estrechas que tantos otros amaron... 
Córdoba de mi alma... !! Ya todos los tesoros que el mundo me brindase me estorbaran, si tú no navegases mis sienes marcadas...

Ven,
 o voy si tú me llamas.
 Ven,
 y trae sobre este vergel extraño
 tus sombras de calima cercanas.
 Ven o sopla sobre mi piel,
 todas y cada una de tus almenas
 que sobre la bruja luna se hallan pintadas...

Ven,
 o que me sobrevengan
 todos tus oscuros misterios, 
si ese es es precio 
 de respirar tu flama...


El sueño...?

Esse Imaginaria


Y un sonido sostenido en el viento insistía en permanecer a pesar del transcurrir de los segundos. Los golpes certeros parecían coreografiar la sangre, que bailaba a su son... 
Atravesó la estancia liberándose de todos los monstruos sin ser tocada, como la transparente realidad, como el espectro de algún hada..


George Redhawk


Abandonó la hecatombe sin mirar atrás, sin vestigio de temor por los entes violentos que desmontaban la sinfonía de todas aquellas vidas en el nombre de algún dios cobarde.

Hubiera sido una tarde plácida, levemente iluminada por un cielo que ya se sonrosaba con el suave adiós del sol sobre las lomas lejanas, pero los trinos habían callado en presencia del silbar de las espadas. 

Angie sabía que los pájaros enseguida retomarían su canción, y atravesando la puerta del templo, apoyó levemente su  mano izquierda sobre una de las columnas de la entrada, buscando el reconfortante y cálido aroma del campo abierto y de los reincidentes amantes eternos que todas las lides restañan, retozando los cielos inmensos e intercambiando los tonos celestes del día por los oscuros y premonitorios de la noche cegada...

Al fin el postrero trino del ave más atrevida y terca se derramó puntual sobre sus atentas sienes, justo a tiempo de amamantar su poderosa alma, harta de aquellas luchas interminables en pos de la paz secuestrada. 

La intocable gema de la Justicia había sido hurtada del cofre del Aire Inexpugnable que le había sido encomendado por derecho y obligación de extirpe a su familia, la de los Hados Inexistentes, guardianes del mayor tesoro de la humanidad desde el principio de los oscuros tiempos... 
Ahora, Angie estaba sola, todos los semejantes habían caído a manos de la violenta estampida de los salvajes Monstruos de la Ira, que arrasaban el Orbe, y todo esfuerzo, todo derramamiento de sangre parecía inútil pataleta por recuperar la preciosa gema.

Aquella misma mañana, durante la tediosa clase de matemáticas, no hubiera podido imaginar la terrible realidad que se cernía sobre la comarca.

-Aparta, no veo- susurró a María, su compañera de pupitre, agachando la cabeza para no ser ni vista ni escuchada por Don Matías. -¿Qué pone ahí? ¡ no entiendo tu letra..!!
-Si me copias no es mi problema, Angie. No me metas en problemas y cállate.
Las matemáticas habían sido su monstruo hasta aquel momento; nada más difícil de comprender y controlar, como brujas crueles y burlonas que la ninguneaban...

Don Matías seguía con sus ojillos inquisidores cada movimiento en el aula, previendo y presintiendo quién iba ha hacer qué... Era aquella una facultad forjada a lo largo de sus treinta años de profesión.
_¡Psssh, María... ! -siseó Don Matías con un hilo de voz que se asemejaba al de una serpiente ronca y - de inmediato Angie dejó de respirar, era el fin del mundo si la pillaba copiando a su compañera, ya la habían sorprendido demasiadas veces...soñando.


Continuará??

Mañanas...

Esse Imaginaria






En la mañana del mundo, 
cuando la vida despereza sus alas atascadas,
 el aroma del viento trae jaras y tierra mojada, 
 la caricia del aire es fresca y alocada,
huele a vida sepia y relajada,
y a muerte huele, buscada y blanca..
En la mañana la lluvia
 moja las eras sedientas y sembradas,
y las simientes de las flores para que nazcan
mil poemas de pétalos secos y empapadas alas..

Tom Hoops


¿En qué piensas mientras sujetas amorosa 
los blancos cadáveres de tus hadas??
 En qué piensan tus manos, 
tus ojos entornados y soñadores 
¿En qué piensan esta mañana
 los recuerdos que te asaltan?

De puntillas...








Nikoleta Michal Zahornacky



Caminando de puntillas
por el mundo, por la vida
caminando de puntillas
recuerdo pasadas vidas.

Y subida a mis alas,
a mis alas subida,
 sueño risas fingidas,
 hilvano encajes de albas. 

Yo acecho y me acechan
yo temo y me temen
yo beso y me besas
si me sueñan tus sienes.

Y poso mi vuelo
en tus palmas francas,
me miras te miro,
y respiro tu aliento
que me sabe a jara.


La estrella oscura

Esse Imaginaria


En medio del cielo de la vida yo quiero ser una estrella, una de esas que son negras y no se pueden ver, porque sólo de noche lucen su alquitranada luz que en el oscuro manto celeste no se ve...




 Quiero ser una estrella oscura para lucir sin ser vista, y callada y escondida caminar mi sendero que se ilumina al revés... En el cielo que plagan esas hermosas candelarias yo quiero ser nada, para poderlas de muy cerca ver. Quiero darles la mano, quiero besarlas prendidas ellas y tan hermosas del alto escenario que todos ven. 
Quiero ser estrella oscura, quiero volar muy alto los cielos rasos y profundos de la noche del mundo, enderezar quiero las alas de los aviones, de los pájaros perdidos, de los ángeles que temen caer.
 Y lanzar al aire quiero 
mis penas y tus miedos, 
que se cuelguen 
de los bordes de las nubes
 y perdidos allá arriba 
se olviden de volver. 

Yo quiero ser una de esas estrellas oscuras que cantan calladas y no se pueden ver.

Verde Olivo

Esse Imaginaria




La tierra rasga, 
las piedras tiemblan,
 mientras tu tronco retorcido
 las nubes estrangula y besa..



Aniezska Lorek


Verde tu alma,
 tu sombra, 
verde piensas, 
verde olivo tu aroma,
 y los hombres que se arrastran 
orgullosos bajo tu sombra fresca..

Mientras te miro
 tus brazos vuelan dibujando
 mil filigranas plateadas, 
verdes y tersas,
 que se entretienen en los amaneceres y en los ocasos,
y que enamoran las eras...


Vuelvo..

Esse Imaginaria





Casi sin pensarlo me fui, 
casi sin desearlo he vuelto, 
la vida sigue ahí, 
más grande y más ancha, 
más imperfecta y hermosa, 
tan cruenta...

Mariska Karto


Si, casi sin soñarlo partí, 
 y soñando en volver he vuelto,
 a llamar a las puertas de las casas de mi tierra,
que aún guardan los alientos cálidos y primitivos 
de los afectos perfectos...

Y vuelvo, 
porque sé que bajo los tejados de las blancas casas 
duermen las hadas despeinadas 
que tejieron todos mis sueños.

Y regreso a pisar mis huellas abandonadas, 
a imaginar todos los silencios, 
a vigilar atenta cada guiño de mi luna,
y a beber vuelvo,
 mi nombre de tus labios yermos.