El prado de Proserpina
Cada amanecer se prende,
como se prende una estrella,
en el el firmamento del que
goza el aroma de un verso
torcido, como torcida
se mece cada noche
en el cielo la luna bella.
A cada cual que pone el alma,
a quien se regala a sí mismo
como el lucero maldito
regala su estela...
A ese, que callado algún día me lea...
a tal valeroso corcel yo hoy le canto
una canción que no tiene rima
y que no tiene letra.
y que no tiene letra.
Y es que por quien en estas letras se pierda,
dedico una mirada al cielo,
dedico una mirada al cielo,
cuando el cielo, brujo y cómplice,
torne su color para recibir a la noche,
de aroma a blanco jazmín
torne su color para recibir a la noche,
de aroma a blanco jazmín
y fresca menta.
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