Al nacer somos héroes..... fuertes como el viento sobre las cumbres montañosas........con ese empuje extremo, ese ímpetu que deshace las impertérritas rocas con inmensa furia e incansable insistencia. Nada nos detiene y si lo hace sabemos rodear los altos riscos....esperar pacientes nuestro momento perfecto, como ángeles insumisos....
Entonces, viene el tiempo y pasa, con su ley que todo lo corroe, y crecemos, y lo hacemos aprendiendo lo que nos muestran nuestros ancestros, copiamos sus amores y sus miedos, imitamos sus odios y sus desvelos....Heredamos dioses, supersticiones, ideologías y a veces hasta su dinero....sus guerras, sus tierras, sus espíritus insolubles ni en vida ni en muerte eterna. Defendemos lo que es nuestro a cualquier precio pasando por encima de nosotros mismos si es preciso y también del mismo cielo....... Morimos y matamos por nada nuestro, matamos y morimos por ideas heredadas que lactamos cada cual de distinto pecho....
Jamás un niño ha sabido odiar, hasta que alguien se lo ha enseñado, jamás los ángeles supieron cantar hasta que los hombres no se lo mostraron....¿Hasta cuando hemos de dejarnos desvirtuar por preceptos que no sentimos, por ideas que no compartimos, por odios que nuestros corazones jamás entendieron?
Empezar a vivir es empezar a discernir desde la soledad y el conocimento....sin odios, sin guerras, sin posesiones distintas a los sentimientos. Empezar a vivir es abandonar lo aprendido para analizar una por una cada cuestión, tamizar el mundo usando sólo el corazón vacío. Empezar a vivir es reconocer un hombre en tu enemigo, mirar dentro de sus ajados ojos para buscar eso que es tuyo y mío, para encontrar un alma gemela que nació de otro vientre y en otra tierra.
Para empezar a vivir has de nacer de nuevo, de tu propio vientre, de tu propia alma, has de nacer sin cuerpo.
Desde que uno nace, lo hace como una página en blanco, y las experiencias, educación, influencias, etc que van teniendo a medida que pasa el tiempo, es lo que las va rellenando... Lástima de aquell@s que en el camino las desvirtuaron y malformaron esas páginas blancas, que han ido corrompiendo al resto... Interesantes reflexiones, saludos!!
ResponderEliminarGracias Sonia, si, sinceramente creo que nacemos puros y en comparación con el desorden, la oscuridad, la guerra...en algún momento perdimos la perspectiva. Todos, incluso aquellos que cometen atrocidades a nuestros ojos creen que tienen razón ¿cómo llegaron a esa conclusión? ¿cómo llegamos nosotros a la nuestra? Gracias amiga por tu comentario, un abrazo.
ResponderEliminarDeberíamos poder tener la capacidad de renacer aprendiendo de nuestros errores o, al menos poder transmitírsela a las generaciones futuras. Pero parece que el sino de la naturaleza humana es este seguir repitiendo el borronear la pureza con la que venimos a este mundo.
ResponderEliminarSaludos.
Amiga Mirta, parece que si, la esperanza es darse cuenta a tiempo para al menos tratar de recuperar algo de la blancura con que nacimos...difícil cometido....gracias, un beso.
ResponderEliminarExpones con gran belleza y sublime profundidad lo que, a buen seguro, sientes intensamente.
ResponderEliminarTe doy las gracias por ello.
Un abrazo.
Gracias a ti Juan, por dedicar tu tiempo a mis pensamientos desordenados, un saludo amigo.
ResponderEliminarTu escrito me llevó a pensar en el emperador Adriano y esa contrucción maravillosa que hace M. Youcenar. Adriano expresa de este modo: "El verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente. Gracias por compartir tanta magia. Saludos
ResponderEliminarVaya, María Eugenia, ni idea de este pensamiento de Adriano.... eres como siempre muy amable y, a veces me intimida que personas como tu presten a mis divagaciones improvisadas tanta atención...me hace sentir desnuda pero me halaga. Sinceramente creo que si no tomamos conciencia de nosotros mismos y del mundo, partiendo de nuestra subjetividad, seremos toda la vida barcas sin remos, un beso.
ResponderEliminarTu prosa como siempre está cercana a la poesía, hermosa y sugerente. Sin embargo creo que no es cierto que los niños no odien. Al contrario, yo recuerdo odiar con tantas fuerzas como ahora no sería capaz.
ResponderEliminarY aunque me encanta la forma esta vez no estoy de acuerdo contigo, Alfmega, no creo en "el buen salvaje" de Rousseau, sino en la idealización de la vida que no ha pasado por la civilización. El ser humano, infantil o salvaje, es bastante más cruel de lo que nos gustaría pensar.
Un saludo.
Hola amigo Ivan, encantada de que te agrade la forma ya que el contenido pudiera resultar conflictivo en cuanto a las impresiones....realmente igual tienes razón, confío demasiado en tu criterio como para pasarlo por alto, no se me ocurriría jaja Quizá el buen salvaje no es la figura que yo tenía en mente,tan sólo me gustaría pensar que si recapacitamos sobre algunos errores heredados desde la neutralidad de un niño sin guiones aprendidos, nos sea más fácil localizar esos errores y desecharlos. Muchos saludos y muchas gracias por tu interesante comentario.
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